viernes, 26 de enero de 2007

Del aborto y otros demonios colombianos

Por Fernando Fernández

Septiembre 18 de 2005

Estimado Nelson,

Es comprensible tu extrañeza frente al tema de la práctica del aborto en el contexto colombiano. Lamentablemente no estás imaginando ni entendiendo mal: en Colombia no hay aún ninguna posibilidad legal de abortar. Hasta ahora estamos discutiendo sobre la eventualidad de permitir el aborto terapéutico; por supuesto, el aborto voluntario, aquel proveniente de las razones personales de cada mujer, ni se nombra. Tanto el uno como el otro, a pesar de su amplio uso clandestino, son sinónimos de asesinato y otros epítetos que hacen tiritar la voz, amén de las conciencias, con sólo su mención. El vientre femenino en Colombia pertenece al Estado y como tal lo legisla. Otros temas de cambios de mentalidad que aludes en tu mensaje, serán materia de discusión para siglos venideros… No olvides que se prefiere en Colombia el actuar timorato y soterrado -con todos los daños físicos y sicológicos que esto acarrea-, al obrar claro, con convicción y a la luz del día.

La contracepción, sea ésta de índole preventiva o abortiva, aún no es asimilada, como un problema de salud pública. Los prejuicios y las normas subyugan los espíritus. La preventiva es condenada por los estamentos católicos y la abortiva, adicionalmente a esta condena, es efectuada, con frecuencia debe señalarse, en condiciones deplorables, fruto de la clandestinidad e ilegalidad con que se practica. Ahí nuestro atraso es grande, comparado con los logros obtenidos en Europa y en otras latitudes en el siglo pasado.

Gran parte de esta morosidad en el cambio es imputable a la mentalidad judeo-cristiana imperante, la cual nos domó las neuronas, convirtió en pecado cualquier idea o eventualidad innovadora e intimidó mediante amenazas de tormentos infernales, en otras pretendidas vidas, a quienes se aventuren a contrariar estas tan sacras como innecesarias normas.

Por ventura, ya hay experiencia en la emancipación de este pesado legado, por ejemplo, el salir del disparatado sistema del concordato. Costó años y luchas, pero se logró. Conseguimos declararnos constitucionalmente como un Estado laico, aunque todavía el concepto esté por implantarse en su totalidad. Hay coletazos eclesiásticos que hacen daño y nos hacen zigzagear. Los discursos clericales son ahora más sutiles, no obstante descifrables. Por estos días Rubiano, el monseñor colombiano, publicó en El Tiempo su “respuesta” al Procurador de la Nación quien es defensor del aborto. En la carta bomba-respuesta el prelado repite porfiadamente, con penuria de originalidad y mediante arteras declinaciones lo dicho por sus pares desde siglos ha; como si la iglesia tuviera la potestad legal de pedir cuentas al Estado. Su agudeza barata consiste en declarar que “está preocupado por la posición del Ministerio público” frente al tema de la legalización del aborto. Como si no entendiéramos esta frase eufemística que connota ingerencia indebida. Ignora el clérigo de marras que las neuronas nos han madurado, que ahora han hecho sinapsis crítica, que aprendimos a leer entre líneas y que ya no nos amedrentan las chamusquinas inquisitoriales. Muchos, incluso, ignoramos, con respeto de las creencias de los demás, las alegorías celestiales. El prelado, experto en detección de elefantes, ¿finge ahora ceguera frente al paquidermo anti-laico que se pasea a sus anchas por nuestra nación e instituciones estatales y que el propio monseñor alimenta de sus propias manos?

En Colombia tenemos amplio y propio material contra el aborto, pero también nos “ayudamos” de quienes están en Roma, tan cerca del Olimpo, para dilucidar las dudas que surjan al respecto. El cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos instó recientemente a respetar "el don de la vida", condenando el aborto, a través de explicaciones osadas, por decir lo menos, sobre la concepción de Jesucristo: “Él también nació de un óvulo, milagrosamente fecundado por Dios". Y sin temor a equivocarse explayó su científica teoría: “En el primer mes de embarazo cuando el feto medía entre 0.8 y 1.5 cm, el corazón de Dios comenzó a latir con la fuerza del corazón de María, y Cristo comenzó a utilizar el cordón umbilical para alimentarse a través de su madre, la Inmaculada Virgen. Era totalmente dependiente de un ser humano, pero tenía una total autonomía genética. Durante los nueve meses, el Verbo de Dios vivió en el líquido amniótico, en la placenta de su madre, para luego nacer en Belén”. Acto seguido, concluyó el monseñor "en 2.000 años el hombre aprendió muchas cosas y ha dado pasos de gigante en la comprensión de los grandes procesos de la vida humana. Precisamente ahora, que conocemos más al hombre, que la medicina ha penetrado en el secreto de la transmisión de la vida, que avanzamos en la técnica y en la ciencia médica, avancemos también en el respeto de este maravilloso don de Dios". Amén, Castrillón dixit. Habrá que creerle, pues seguramente argüirá infalibilidad.

También la ideología contra el aborto en Colombia (y allende) se inspira de panfletos negacionistas de la noción de Estado Laico. Se tiene por maestro al reverendo padre Frank Pavone quien es Director Nacional en los Estados Unidos de la asociación de “Sacerdotes pro vida”. Afirma el reverendo, sin sonrojarse, pavoneando ranciedad -a la altura de su apellido-, como si estuviera en siglos pasados e ignorando que el nefasto Torquemada ya no es héroe sino malhechor: “ ...es responsabilidad política que el pueblo de Dios haga realidad que el César debe obedecer a Dios... Lo que le pertenece a Dios incluye al propio César... No sólo los individuos tienen la obligación de obedecer a Dios, sino también los gobiernos... Los cristianos tienen la obligación de intervenir activamente en la política, de inscribirse y votar, de cabildear y educar a los candidatos y funcionarios electos... Si no moldeamos las políticas oficiales de acuerdo con las verdades morales, ¿para qué vamos a creer en la verdad moral? ”. Panfleto digno de los mejores momentos de la edad media, pero cuyos resultados son tangibles: nuestro gobierno, en cabeza de su actual presidente, acomodaticio con estos principios; emitió un comunicado en donde claramente manifiesta su oposición a la legalización del aborto, su condescendencia con los principios católicos permea las instituciones estatales, la moral del estado en este ámbito, como en muchos otros. El lobbing eclesiástico es una realidad que surte efecto en nuestro teórico estado laico.

Otro monseñor, gran opositor al aborto es Trujillo dilecto colombiano, archigodo y consentido de Roma, cuyo prontuario también es digno de mención; entre sus múltiples hazañas figuran: oposición total al uso del preservativo -en Europa han incluso pensado en encausarlo por el genocidio que su actitud está provocando en África-; la periodista María Jimena Dusán lo ha inculpado recientemente de haber tenido relaciones estrechas con Pablo Escobar (el pleito sigue su curso). Pero, lo más original es su neo-cruzada en favor de la canonización de Isabel la Católica; No, no es broma, santificar a aquella que infamemente expulsó moros y judíos de España, condescendió con la esclavitud, con el vasallaje americano e instauró la “santa” inquisición en el siglo XVI. Sigue, pues, teniendo ideas flamantes el monseñor, ahora añade una perla a su camándula, oponiéndose con arrojo y “modernidad” al aborto.

Entonces, en esto estamos mi estimado Nelson. No te espantes de nuestra realidad, nosotros la cargamos con estoicismo y optimismo. Por fortuna, aunque no bulliciosos, somos muchos, que no desfallecemos y fomentamos una lucha lenta pero combativa con el empeño de lograr que nuestras costumbres ingresen en la modernidad, en el humanismo, en el siglo XXI, para desterrar los viejos demonios y sus añejos idearios que rondan y torturan nuestras colombianas existencias.

Finalmente, para contener el llanto y conjurar la congoja, una nota jocosa: por aquí se dice que monseñor Trujillo, prohibió que se le llamará por este apellido, se le debe llamar monseñor Rujillo, dado que la T está vetada por la iglesia…


Saludos libertarios,

Fernando

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